lunes, 31 de octubre de 2016

Lucas 14; 1 / 12 – 14

Un sábado, JESUS entró a comer a casa de unos de los principales Fariseos. Ellos lo observaban atentamente. JESUS le dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, o a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus amigos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquetes, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos, ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen como retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”
Palabra del Señor.

Comentario

No está mal invitar a los amigos y familiares a nuestras fiestas. Justamente con ellos queremos compartir nuestros mejores momentos. Sin embargo, el Evangelio nos invita a abrir nuestras miradas, a elevar el corazón, a integrar a quienes han sido expulsados, a recibir a los que los demás echaron, a restablecer la dignidad de los humillados


domingo, 30 de octubre de 2016



Evangelio     Lc 19, 1-10

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: “Se ha ido a alojar en casa de un pecador”. Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: “Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más”. Y Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
Palabra del Señor.

Comentario

“Cuando entra Jesús al corazón de un hombre, este entra en la dinámica de Dios, que es el Don. Cuando entra Jesús en el corazón no podemos hacer otra cosa que ser nosotros mismos, darnos, ser imagen y semejanza de Dios. Cuando Jesús entra en el corazón, uno aprende a dar y cuando se hace don, es feliz” (José María Vallarino, La misericordia de Jesús, Ed. Agape).

sábado, 29 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 14, 1. 7-11

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: “Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”.
Palabra del Señor.

Comentario


Desde una observación simple Jesús quiere enseñar que es mejor que el “dueño de casa” nos ubique donde considera que debemos estar, antes de pasar el ridículo frente a todo el resto de los invitados. No debemos, entonces, buscar por nosotros mismos los mejores lugares. Dios se encargará de darnos, siempre, el mejor lugar para cada uno.

viernes, 28 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 6, 12-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos, se detuvo en la llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Palabra del Señor.

Comentario


No habría nada más importante para el Señor que estos momentos de soledad ante el Padre. Eran tantas las palabras, los consejos, las recriminaciones, las incomprensiones, y tantas otras palabras a favor o en contra, que generaban más confusión que otra cosa. Por eso, estos momentos eran los que lo volvían a su propio centro y origen, a su vocación y sentido de toda su vida y misión.

jueves, 27 de octubre de 2016

Lucas 13; 31 – 35

Se acercaron algunos Fariseos y le dijeron a JESUS: Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte. Él les respondió: “Vayan a decir a ese zorro, hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡cuantas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedara desierta. Les aseguro que ya no me verán mas, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del SEÑOR!”
Palabra del Señor.

Comentario

El texto muestra, ¡por fin!, una faceta poco conocida de los fariseos que buscan salvar de Jesús. Sin embargo Jesús no atiende sus advertencias. Él sabe que en Jerusalén, centro de la fe del pueblo, tendrá que dar el mayor testimonio de su vida.
 

miércoles, 26 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 13, 22-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Y él les responderá: “No sé de dónde son ustedes”. Entonces comenzarán a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas”. Pero él les dirá: “No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!”. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.
Palabra del Señor.

Comentario


Una persona pregunta sobre el número de los salvados. Y Jesús responde sobre el camino a la salvación. No hay números, no se trata de contar, de calcular, sino de asumir una vida que responda al mensaje de Jesús.

martes, 25 de octubre de 2016

Lucas 13; 18 – 21

JESUS dijo: “¿A que se parece el Reino de DIOS? ¿con que podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta, creció, y se convirtió en un  arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas.” Dijo también: “¿Con que podré comparar el Reino de DIOS? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina hasta que fermento toda la masa.”
Palabra del Señor.

Comentario


Las parábolas de Jesús siempre tienen el ingrediente de la contemplación de la vida. En este caso una observación agrícola y otra doméstica, y culinaria. Para enseñar sobre el Reino, Jesús ha sido primero contemplativo de la realidad humana.

lunes, 24 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 13, 10-17

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: “Mujer, estás sanada de tu enfermedad”, y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en sábado, dijo a la multitud: “Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse sanar, y no el sábado”. El Señor le respondió: “¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser liberada de sus cadenas el día sábado?”. Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaban de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.
Palabra del Señor.

Comentario


“Un hombre, una mujer, que se siente enfermo en el alma, triste, que ha cometido tantas equivocaciones en la vida, en un determinado momento siente que las aguas se mueven; es el Espíritu Santo que mueve algo, o siente una palabra o… ‘¡Ah, yo querría ir!’… Y se arma de coraje y va. Y cuántas veces hoy en las comunidades cristianas encuentra las puertas cerradas: ‘Pero tú no puedes, no, tú no puedes. Te equivocaste aquí y no puedes. Si quieres venir, ven a la Misa el domingo, pero permanece ahí, y no hagas nada más’. Y lo que hace el Espíritu Santo en el corazón de las personas, los cristianos con psicología de doctores de la ley lo destruyen” (papa Francisco, homilía en Santa Marta, 17/03/2015).

domingo, 23 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 18, 9-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús dijo esta parábola: Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.
Palabra del Señor.

Comentario


“Jesús enfrentó esa forma de espiritualidad equivocada que coloca sobre la conciencia de las personas sentimientos insoportables de culpa por no alcanzar metas excesivamente altas. Esa forma de comprender las Escrituras es un verdadero obstáculo a la vida que procede del Evangelio, cuyo núcleo central es la liberación de todas las personas oprimidas, excluidas y estigmatizadas a base de leyes, decretos y reglamentos que dividen a las personas en ‘normales’ y ‘anormales’, en aquellas que cumplen esos reglamentos elaborados por las culturas y la visión inclusiva del Evangelio. Cristo no es un mero maestro de ética y de moral, es el único medio de enamorarnos del proyecto de Dios que quiere una humanidad de hermanos y hermanas, incondicionalmente una” (pastor Lisandro Orlov,http://pastoralsida.com.ar/paginas_internas/desafios_de_la_palabra/c_30.htm).

sábado, 22 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 13, 1-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En cierta ocasión se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. Él respondió: “¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera”. Les dijo también esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Entonces córtala, ¿para qué malgastar la tierra?’. Pero él respondió: ‘Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás’”.
Palabra del Señor.

Comentario


“También el viñador que intercede representa a todo santo que dentro de la Iglesia ruega por el que está fuera de ella, diciendo: ‘Señor, perdónala por este año (esto es, en este tiempo con vuestra gracia), hasta que yo cave alrededor de ella'. Cavar alrededor es enseñar la humildad y la paciencia” (san Agustín, De verb. Dom., serm. 31).

viernes, 21 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 54-59

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a la multitud: “Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.
Palabra del Señor.

Comentario

“En una situación crucial, los hombres saben cómo llegar a un arreglo para no tener que comparecer ante el magistrado. Tanto más necesario es aprovechar la oportunidad que se les presenta para arreglar su situación frente al juicio de Dios que se avecina” (comentario de La Biblia. Libro del Pueblo de Dios, Ed. Verbo Divino).

jueves, 20 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 49-53

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.
Palabra del Señor.

Comentario


“El fuego es símbolo del juicio, porque quita la suciedad. Jesús sabe que debe encender el fuego del juicio para arrancar todo el mal que hay sobre la tierra y por eso desea que ese fuego ya esté ardiendo” (Luis Rivas, La obra de Lucas. I, El evangelio, Ed. Ágape).

miércoles, 19 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 39-48

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: “Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”. Pedro preguntó entonces: “Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?”. El Señor le dijo: “¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si este servidor piensa: “Mi señor tardará en llegar”, y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que, sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más”.
Palabra del Señor.

Comentario


La parábola nos invita a vernos a nosotros mismos y pensar si vivimos cada minuto, cada momento de la vida, en fidelidad al mensaje de Jesús; si el Evangelio es lo que determina nuestras opciones y no si hacemos las cosas “para salvarnos” o “para que Dios nos vea”.

martes, 18 de octubre de 2016

Lucas 10; 1 – 9

El SEÑOR, designo a otros setenta y dos, para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios a donde Él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados, que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! YO los envío como ovejas en medio de lobos, no lleven dinero, ni alforja, no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar a una casa, digan primero: ¡Que descienda la paz sobre esta casa! Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en la misma casa,  comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja, merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos coman lo que les sirvan, curen a sus enfermos y digan a la gente: El Reino de DIOS esta cerca de ustedes.”
Palabra del Señor.

Comentario

La misión de los discípulos no es hacia el bienestar, ni el privilegio o la seguridad. Es “ir a la boca del lobo”, es enfrentar el mal mismo, es atravesar los lugares más oscuros del corazón humano. El discípulo se desinstala para ir a sanar a tantos hombres y mujeres que padecen el dolor del mal.


lunes, 17 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 13-21

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Uno de la multitud dijo a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?”. Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”. Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: ‘¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha’. Después pensó: ‘Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?’. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”.
Palabra del Señor.

Comentario


Sin dudas entre estos hermanos había un problema. O bien uno de ellos estaba siendo damnificado o el otro lo estaba estafando. El texto no interviene en el problema como tal, justamente porque Jesús tampoco lo hace. El Señor no llamó a testigos, ni defensores, ni fiscales. No se limita al conflicto sino a su raíz: la ambición. Y quizás esa ambición esté tan presente en uno como en el otro.

sábado, 15 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 8-12

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres no será reconocido ante los ángeles de Dios. Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir”.
Palabra del Señor.

Comentario


Hoy, en el siglo XXI, hay hermanos y hermanas nuestras que, por reconocer a Jesús y profesar la fe en su nombre, son llevados ante las autoridades, encarcelados y martirizados. El Espíritu Santo sigue sosteniendo también hoy a la Iglesia. Seamos dóciles a su acción para que el Espíritu nos mueva a hablar de estas cosas y nos haga más solidarios con los cristianos perseguidos y amenazados en muchos países.

viernes, 14 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 12, 1-7

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En aquel tiempo, se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas. A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquél que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ése. ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros”.
Palabra del Señor.

Comentario


La enseñanza de los fariseos es considerada levadura, porque se extiende, transforma y corrompe. La levadura, una vez que se ha mezclado en la masa, es irrefrenable. Su efecto no se puede anular. Entonces, ¡hay que cuidarse y cuidar a la comunidad! Si la mentalidad farisaica del cumplimiento obsesivo se mete en una comunidad, será muy difícil de sacar.

jueves, 13 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 47-54

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos y a los doctores de la Ley: “¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: “Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos”. Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden”. Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús les ha cantado la verdad en la cara a los hipócritas religiosos. Ha hecho esto de una manera cruda y frontal. Y ellos buscaron cómo sacarse el peso de encima con retóricos cuestionamientos. No esquivemos las denuncias de Jesús. Revisemos también nosotros nuestras prácticas y enseñanzas, para no caer en el mero cumplimiento formal. Y pidamos al Espíritu Santo que anime en nosotros una auténtica vida según el Evangelio.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 42-46

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos: “¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!”. Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: “Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros”. Él le respondió: “¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús se vale de la ironía para desenmascarar a los hipócritas religiosos. La menta y la ruda crecían en forma silvestre, en cualquier parte, nadie se preocupaba en calcular un diezmo sobre aquello. Quien está ocupado en prescripciones y mandatos sobre cosas insignificantes suele ser el que se olvida de vivir lo verdaderamente importante.

martes, 11 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 37-41

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.
Palabra del Señor.

Comentario


La contraposición entre lo exterior y lo interior es un llamado de atención no sólo para los fariseos, sino también para nosotros. Todo el cuidado que ponemos en rituales y prácticas piadosas, ¿lo ponemos también en nuestro interior?

lunes, 10 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 29-32

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: “Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay Alguien que es más que Jonás”.
Palabra del Señor.

Comentario


Para el que no quiere creer, no alcanza ninguna señal. Y Jesús agrega como ejemplo la fe de los extranjeros: la reina de Saba y los ninivitas son figura de todos los paganos que, desde lejos, se abrieron a recibir la salvación. En cambio, muchas veces ocurre que los más cercanos, los que tienen “todo servido”, rechazan el gran don que se les ofrece.

domingo, 9 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 17, 11-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”. Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Y en el camino quedaron purificados. Uno de ellos, al comprobar que estaba sanado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: “¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?”. Y agregó: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.
Palabra del Señor.

Comentario


Para los compatriotas de Jesús, el samaritano era como un pagano, un hereje, y además, un enemigo. Según esta consideración, los samaritanos no podían estar en buena relación con Dios. Pero ante el paso de Jesús, este samaritano demuestra más gratitud y reconocimiento que los otros nueve enfermos. Este samaritano trae un cuestionamiento para nosotros. Él, que supuestamente era de “los alejados”, se moviliza, alaba a Dios y se expresa efusivamente ante Jesús dando gracias. Jesús pasa por nuestra vida y sana. Expresémosle nuestra gratitud.

viernes, 7 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 15-26

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: “Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque –como ustedes dicen– yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras; pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo está contra mí; y el que no recoge conmigo desparrama. Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: “Volveré a mi casa, de donde salí”. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio”.
Palabra del Señor.

Comentario


El Reino de Dios se está expandiendo allí donde el mal, en cualquiera de sus formas, es expulsado. No reconocer los signos del Reino es ponerse del lado del mal. No querer ver las buenas obras y preferir que otro ser humano siga en el error y oprimido por el pecado es estar en contra del Reino de Dios.

jueves, 6 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 11, 5-13

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: “Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, y desde adentro él le responde: “No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos”. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!
Palabra del Señor.

Comentario


La escena tiene algo de jocoso, si pensamos en ese vecino somnoliento que sale a abrir la puerta de mala gana. ¡Sólo la insistencia lo ha sacado de la cama! Si podemos golpear hasta molestar así al vecino, vamos a golpear en la puerta de Dios, insistentemente, con nuestro pedido concreto. Él no saldrá con mala cara a abrirnos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Lucas 11; 1 – 4

Un día, JESUS estaba orando en cierto lugar; y cuando termino, uno de sus Discípulo le dijo: SEÑOR, enséñanos a orar, así como Juan le enseño a sus discípulos. Él les dijo entonces: “Cuando oren, digan: PADRE, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación”
Palabra del Señor.

Comentario

Jesús estaba orando. Cómo habrá impresionado esto a los discípulos, que le piden a Jesús aprender a hacer eso mismo. Y la primera enseñanza está en la misma palabra de la oración: no nos dirigimos a un juez ni a un censor, nos dirigimos a un Papá que quiere traer, con su Reino, todo lo que es Vida.


martes, 4 de octubre de 2016

Evangelio     Lc 10, 38-42

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”. Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.
Palabra del Señor.

Comentario


Hay muchos mandatos sociales y culturales para que estemos atareados y atareadas en muchas cosas. Y llega Jesús con una buena noticia: podemos sentarnos un rato, simplemente a escuchar. Varones y mujeres podemos salir del lugar del quehacer, la productividad y la eficiencia, y disfrutar escuchando esa Palabra que reconforta la vida.

lunes, 3 de octubre de 2016



Evangelio     Lc 10, 25-37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”. Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”. Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”. “Has respondido exactamente; obra así y alcanzarás la vida”, le dijo Jesús. Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”. Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver”. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”. “El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.
Palabra del Señor.

Comentario

El hombre que bajaba por el camino fue auxiliado por un samaritano. Para los judíos, los samaritanos eran impuros, cismáticos y herejes. Y fue el samaritano el que se hizo prójimo. Con la parábola y el diálogo que la encuadra, Jesús nos pregunta: ¿estarías dispuesto a dejarte ayudar también por ese al que señalás como enemigo e inferior a vos?