Mateo 16; 21 – 26
JESÚS comenzó a explicar que tenía que ir a Jerusalén y
padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas. Que
tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevo
aparte y se puso a increparlo: ¡No lo permita DIOS, SEÑOR eso no puede pasarte!
JESÚS le dijo: “Quítate de mi vista satanás, que me haces tropezar, tú piensas
como los hombres no como DIOS”. Entonces dijo JESÚS a sus Discípulos: ”El que
quiera venir conmigo, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz y me
siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá, pero el que la pierda por mi,
la encontrará. ¿De que le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su
vida? ¿o, que podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre
sus ángeles, con la Gloria de su PADRE, entonces pagará a cada uno según su
conducta”.
Palabra del
Señor