Marcos 8
El ciego de Betsaida
Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron un ciego y le pidieron que lo tocara, JESUS tomo al ciego y lo saco fuera del pueblo. Después de mojarle los ojos con saliva, le impuso las manos y le pregunto: “¿Ves algo?” El ciego, que empezaba a ver, dijo: Veo a los hombres, pero como si fueran árboles que caminan. JESUS le puso nuevamente las manos en los ojos y empezó a ver perfectamente; el hombre quedó sano, ya que de lejos veía claramente todas las cosas.
Y JESUS lo mando a casa diciéndole ni siquiera entres e el pueblo.
En nuestros pedidos a JESUS, siempre le pedimos que se cumplan con rapidez, pero primero se debe dar nuestra conversión, ser creyentes de corazón y no de un solo momento.
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