Paciencia en
las pruebas (Carta de Santiago 1)
Pongan por obra lo que dice la palabra y no
se conformen solo con oírla, pues se engañan a si mismos. El que escucha la
palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba al espejo, pero
apenas se miraba, se iba y se olvidaba como era. Todo lo contrario el que fija
su atención en la ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como
oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al
practicarla.
Si alguno se cree muy religioso, pero no
refrena su lengua, se engaña a si mismo y su religión no vale. La religión verdadera
y perfecta ante DIOS, nuestro PADRE, consiste en esto: ayudar la los huérfanos,
y a las viudas en sus necesidades y no contaminarse con la corrupción de este
mundo.
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