Romanos 14
Dejemos, pues, de juzgarnos unos a otros.
Examinémonos, mas bien, no sea que pongamos delante de nuestro hermano algo que
lo haga tropezar. Yo se, y estoy seguro de ello en el SEÑOR JESUS, que ninguna
cosa es impura por si, pero si lo es para quien lo considera impura. Entonces,
si tu ofendes a tu hermano con lo que comes, ya no vives según el amor. No
vayas a destruir con tu dieta a aquel por quien murió CRISTO.
No den motivo de escándalo, aun cuando
tengan la razón. Piensen que el Reino de DIOS no es cuestión de comida o
bebida, sino de justicia, de paz y alegría en el Espíritu Santo. Quien de esta
forma sirve a CRISTO, agrada a DIOS y también es apreciado por los hombres.
Busquemos, pues, lo que contribuye a la paz y nos hace crecer juntos.
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