miércoles, 29 de julio de 2015

Marta y María (Lucas 10; 38 – 42)

Siguiendo su camino, entraron en un pueblo, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenia una hermana llamada María, que se sentó en los pies del SEÑOR escuchando su palabra.
Mientras tanto Marta estaba absorbida por las muchas tareas de la casa. En cierto momento Marta se acerco a JESUS y le dijo: ¿No te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.
Pero el SEÑOR le respondió: “Marta, Marta, tu andas preocupada y te pierdes en mil cosas, una sola es necesaria, María ha elegido la mejor parte, que no le será quietada.”
Palabra del Señor.

Comentario

María “no cumple con lo que se esperaba para una mujer de su época: en vez de retirarse a preparar el servicio y dejar a Jesús hablando con los varones de la casa, ella se queda a sus pies, oyendo sus palabras. Esta es la mejor parte, la que no le será quitada: la posibilidad de escuchar la palabra de Jesús y convertirse en discípula” (M. Gloria Ladislao, Las mujeres en la Biblia).


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