sábado, 1 de septiembre de 2018

1Cor 1, 26-31


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está escrito: “El que se gloría, que se gloríe en el Señor”.
Palabra de Dios.

Comentario


Sí, miremos quiénes hemos sido llamados, miremos quiénes somos los que formamos las comunidades cristianas. Seguramente no cumplimos con los requisitos de éxito y distinción que hoy el mundo proclama. Por eso, no nos gloriemos en nuestros méritos, sino en lo que la gracia de Dios ha hecho en nuestra vida.

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