miércoles, 20 de marzo de 2019

er 18, 18-20


Lectura del libro de Jeremías.
Los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén dijeron: “¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras”. ¡Prestame atención, Señor, y oye la voz de los que me acusan! ¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor.
Palabra de Dios.

Comentario


Jeremías es un profeta que ha podido expresar como nadie el dolor de ser profeta. Él denuncia la sordera de un pueblo que no quiere escuchar, y el silencio de un Dios que parece no hablarle y no responder a su angustia. ¿Cómo seguir anunciando al Señor cuando el destinatario no escucha y el que tiene que revelar hace silencio? Jeremías ha demostrado que el camino del profetismo no asegura triunfos humanos ni privilegios que provengan de Dios.

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