Evangelio Jn 10, 27-30
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo: “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa”.
Palabra del Señor.
Comentario
“Estos son los pastos de que poco antes había dicho: ‘Y encontrará pastos’. Buen pasto se dice de la vida eterna, en donde ninguna hierba se marchita; todo allí está verde. ‘Y no perecerán jamás’. El añade por qué no han de perecer: ‘Y ninguno las arrebatará de mis manos’. Habla de las ovejas: ni el lobo los arrebata, ni el ladrón los roba, ni el salteador los mata; seguro está del número de aquellos, el que sabe lo que ha dado por ellos” (San Agustín, Tratado sobre san Juan, n. 48).
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