sábado, 31 de agosto de 2019


Mateo 25; 14 – 30

JESÚS dijo a sus Discípulos esta parábola: “El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos fue a negociar con ellos y gano otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos gano otros dos, pero el que recibió uno solo hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido cinco talentos se adelanto y le presentó otros cinco. Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos aquí están otros cinco que he ganado. Esta bien servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré mucho mas pasa participar del gozo de tu señor. Llegó el que había recibido dos talentos y le dijo: señor, me has confiado9 dos talentos, aquí están los otros dos que he ganado. Esta bien servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho mas; entra a participar del gozo de tu señor. llegó el que había recibido un solo talento. Señor, le dijo, se que eres un hombre exigente; cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento, ¡aquí tienes lo tuyo! Pero el señor le respondió: servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado, y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubieras recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá mas, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil, allí habrá llanto y rechinar de dientes”.

Comentario

“El que se preocupa o desespera por conserva lo poco que tiene, al final lo termina perdiendo. Aferrarse al dinero, y cuando es poco, darle mas importancia a lo poco que tiene, lo perderá porque es mas importante ese dinero que cuidar lo verdadero al SEÑOR.  
Los discípulos deben hacer fructificar los bienes que el Señor dejó a su comunidad para el tiempo de su ausencia. No basta con mantener íntegros los dones recibidos. Los que por temor a perderlos los ocultan y no producen fruto serán castigados severamente” (L. H. Rivas, El evangelio de Mateo, Ágape Libros).

viernes, 30 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 13, 44-46


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas y, al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”.
Palabra del Señor.

Comentario


Ambas parábolas hablan de un encuentro, y lo hacen de tal manera que se entienda que el Reino de Dios supera cualquier búsqueda. Quien lo encuentra, reconoce su valor hasta el punto que ya nada de lo que tiene puede comparársele.

jueves, 29 de agosto de 2019

Evangelio      Mc 6, 17-29


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Herodes había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”. Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”. Y le aseguró bajo juramento: “Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella fue a preguntar a su madre: “¿Qué debo pedirle?”. “La cabeza de Juan el Bautista”, respondió esta. La joven volvió rápidamente a donde estaba el rey y le hizo este pedido: “Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Palabra del Señor.

Comentario


Juan muere oprimido, víctima de intrigas y manejos palaciegos. Y parece que esta historia se repite día tras día. ¿Vale la pena seguir este camino cuando posiblemente lleguemos al mismo final? La respuesta está en nosotros: si pensamos que el anuncio del Evangelio nos debería dar seguridades y privilegios, obviamente que la respuesta será un “no” rotundo. Si, en cambio, consideramos que el seguimiento a Jesús, el compromiso por la vida y la transformación social valen la pena, entonces debemos también considerar que muchos se opondrán a esta opción y que, posiblemente, tengamos la misma suerte que Juan y, por supuesto, de Jesús.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 23, 27-32


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro lle­nos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas”! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Palabra del Señor.

Comentario

Jesús nos sigue insistiendo sobre la coherencia con que debemos encarar nuestra vida de fe. En esta lectura, se nos exige que no mintamos mostrando a los demás una actitud piadosa que, en realidad, no tiene nada que ver con nuestra vida, o impostando una piedad afectada y exagerada. Seamos sinceros en lo que creemos y vivamos nuestra fe de manera humilde y sencilla.

martes, 27 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 23, 23-26


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esen­cial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús no está en contra del cumplimiento de la Ley, pero exige un discernimiento sano, maduro, de esta para que podamos vivirla con libertad y no con opresión.

lunes, 26 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 23, 13-22


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conse­guido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale”! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: “Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar”. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.
Palabra del Señor.

Comentario


La dureza de estas palabras trasciende al grupo de los fariseos, y debería hacernos pensar que nosotros también podríamos estar incluidos entre sus destinatarios. Somos destinatarios de este mensaje cuando nuestra vida se transforma en obstáculo, y no en camino, para que otros lleguen a Dios. O cuando consideramos que una ley religiosa es un objetivo absoluto y no un instrumento de mediación en nuestra vida de fe. El “fariseísmo” no parece ser, entonces, un grupo religioso de antaño, sino una peligrosa actitud en la cual cualquiera de nosotros puede caer.

domingo, 25 de agosto de 2019

Lectura    Is 66, 18-21


Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: Yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria. Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones extranjeras, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en ca­ballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios ?dice el Señor? como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas, dice el Señor.
Palabra de Dios.

Comentario

Desde tiempos de Isaías, Dios se presenta como Dios de todo el mundo. Por lo tanto, hay que anunciarlo en todos los países, las ciudades y a cada persona.


sábado, 24 de agosto de 2019

Lectura         Apoc 21, 9b-14


Lectura del libro del Apocalipsis.
El Ángel dijo a Juan: “Ven que te mostraré a la novia, a la Esposa del Cordero”. Me llevó en espíritu a una montaña de enorme altura, y me mostró la Ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios. La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino. Estaba rodeada por una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. Tres puertas miraban al este, otras tres al norte, tres al sur, y tres al oeste. La muralla de la Ciudad se asentaba sobre doce cimientos, y cada uno de ellos tenía el nombre de uno de los doce Apóstoles del Cordero.
Palabra de Dios.

Comentario


La ciudad de Dios es pura luz, pura gloria, porque es el Señor quien la habita. Pero ella tiene un fundamento humano importante: la herencia de los Apóstoles, la humanidad redimida simbolizada en aquellos sobre quienes se apoya la tradición de la cual hoy nosotros participamos.

viernes, 23 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 22, 34-40


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo aprueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos man­damientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús, como un verdadero y piadoso judío, responde con la oración primordial del pueblo llamada “Shemá”, una oración que incluye un mandato (“Amarás al Señor...”). Pero Jesús no puede considerar esto como el mandato más importante. Y agrega otro, que no es el segundo, sino la otra cara del mismo: el amor al prójimo. Sin uno, el otro queda vacío.

jueves, 22 de agosto de 2019

Evangelio      Lc 1, 26-38.


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.       
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?”. El ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra”. Y el ángel se alejó.
Palabra del Señor.

Comentario


El ángel anuncia a María las características del niño que nacerá: se llamará Jesús, será grande, Hijo del Altísimo, engendrado por el Espíritu, Hijo de Dios, santo, ocupará el trono de David y reinará sobre su pueblo por los siglos. María recibe este anuncio, lo cree en su corazón y lo encarna en su sangre. El Rey y Señor de la historia llegará hasta nosotros por el asentimiento de una jovencita pobre de una pequeña aldea.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 19, 30—20, 16


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros. Porque el Reino de los Cielos se pare­ce a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: “Vayan ustedes también a mi viña y les paga­ré lo que sea justo”. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: “¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?”. Ellos les respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Entonces les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros”. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y re­cibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, cre­yendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, dicien­do: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del traba­jo y el calor durante toda la jornada”. El propietario respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy in­justo contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.
Palabra del Señor.

Comentario


Las parábolas suelen tener un argumento ilógico ante los ojos humanos. En este caso, desde el punto de vista de la justicia humana, uno debería considerar que no es justo que cobre el mismo salario el que trabajó una hora que el que trabajó todo el día. Sin embargo, el Reino de Dios está en “otra lógica”: la de la inclusión de todos los hijos de Dios, independientemente de su tiempo de labor o de sus obras. Esta paradoja nos alcanza también a nosotros, que podríamos quejarnos al enterarnos de que Dios recibe en su Casa a quienes “no trabajaron lo mismo que nosotros”.

martes, 20 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 19, 23-30


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dije­ron: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?”. Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible”. Pedro, tomando la palabra, dijo: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a noso­tros?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros”.
Palabra del Señor.

Comentario


El problema que se plantea aquí no está centrado en la riqueza material solamente, sino en todo lo que puede atarnos para seguir al Señor. Pueden ser los bienes materiales, las relaciones humanas o el encadenamiento a nuestros propios desórdenes personales. Lo fundamental es despojarnos de lo que nos quita la libertad.

lunes, 19 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 19, 16-22


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Se acercó un hombre a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”. Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bue­no? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”. “¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testi­monio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El joven dijo: “Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?”. “Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”. Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
Palabra Del Señor.

Comentario


No basta solo con cumplir con los preceptos, ni siquiera con entregar todo el dinero a los pobres en un acto de desprendimiento heroico. Lo que determina, en definitiva, vivir o no la vida eterna es seguir a Jesús, de lo cual dependerán el resto de las opciones.

domingo, 18 de agosto de 2019

Evangelio      Lc 12, 49-53


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Palabra del Señor.

Comentario


Jesús ha traído el amor, la paz y la justicia. La opción por Jesús siempre implica un compromiso con la vida social y la construcción de un determinado sistema de vida.

sábado, 17 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 19, 13-15


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Trajeron a unos niños a Jesús para que les impusiera las ma­nos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Je­sús les dijo: “Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”. Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
Palabra del Señor.

Comentario


“El objetivo de la Iglesia será escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren. La Iglesia, para lograr dicho objetivo, tiene que estar por encima de todas las polémicas ideológicas y las políticas periodísticas que a menudo instrumentalizan, por intereses varios, los mismos dramas vividos por los pequeños” (Francisco, discurso final durante el encuentro “La protección de los menores en la Iglesia”, 24/2/2019).

viernes, 16 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 19, 3-12


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prue­ba, le dijeron: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?”. Él respondió: “¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, ‘los hizo varón y mujer’; y que dijo: ‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne’? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. Le replicaron: “Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entre­gar una declaración de divorcio cuando uno se separa?”. Él les dijo: “Moisés les permitió divorciarse de su mujer, de­bido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio”. Sus discípulos le dijeron: “Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Y él les respon­dió: “No todos entienden este lenguaje, sino solo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que en­tienda!”.
Palabra del Señor.

Comentario


Sin dudas, Jesús entra de lleno en un tema que era conflictivo en su tiempo: el divorcio. Más allá de los motivos o causas que llevan a tomar la decisión de terminar con la convivencia conyugal, siempre estará presente el dolor de la ruptura. Ante esto, la comunidad cristiana deberá recibir y acompañar con amor, dulzura y misericordia a todos los que viven esta situación.

jueves, 15 de agosto de 2019

Evangelio      Lc 1, 39-56


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.

Comentario


El Magníficat de María tiene todos los elementos de un canto de triunfo. En lugar de celebrar las hazañas de algún guerrero o conquistador, María canta las maravillas de Dios. Desde su pequeñez, ella reconoce que la victoria de Dios trae la salvación a los pequeños y humildes, que se llenan de gozo por la obra del Dios de la vida.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 18, 15-20


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, con­sidéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Palabra del Señor.

Comentario


Estos mandatos de Jesús tienen como tema común la unidad de la comunidad. Si dejamos que el pecado se expanda sin que nos ocupemos de sus consecuencias, la comunidad no puede vivir. Si la oración se comparte entre dos o más, la comunidad se fortalece. Jesús quiere que vivamos el Evangelio en comunidad.

martes, 13 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 18, 1-5. 10. 12-14


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”. Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi nombre me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, por­que les aseguro que sus ángeles en el Cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la mon­taña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes que está en el Cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”.
Palabra del Señor.

Comentario


“La palabra ‘pequeño’ es la palabra predilecta en el evangelio de Mateo para designar a los cristianos. Esta condición de pequeñez, esta humildad, será el distintivo del cristiano. Cuando dice ‘los pequeños, mis hermanos’ se está refiriendo a los discípulos de Jesús. Por eso continuará en el discurso diciendo que hay que preocuparse de los pequeños, cuidando de no ponerles piedras de tropiezo en la fe” (Luis Rivas, Qué es un Evangelio, Ed. Claretiana).

lunes, 12 de agosto de 2019

Evangelio      Mt 17, 22-27


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús dijo a sus discí­pulos: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará”. Y ellos quedaron muy apenados. Al llegar a Cafarnaúm, los cobradores del impuesto del Tem­plo se acercaron a Pedro y le preguntaron: “¿El Maestro de uste­des no paga el impuesto?”. “Sí, lo paga”, respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntar­le: “¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?”. Y como Pedro respondió: “De los extraños”, Jesús le dijo: “Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti”.
Palabra del Señor.

Comentario

Jesús es libre, tanto que prefiere, en este caso, no dar escándalo ni generar problemas a sus discípulos. Con sus palabras, anticipa la revelación de su dignidad de Hijo de Dios. Esta condición será revelada plenamente cuando llegue el momento oportuno.

domingo, 11 de agosto de 2019

Lectura    Sab 18, 5-9


Lectura del libro de la Sabiduría.
Como los egipcios habían resuelto hacer perecer a los hijos pequeños de los santos ?y de los niños expuestos al peligro, uno solo se salvó­? para castigarlos, tú les arrebataste un gran número de sus hijos y los hiciste perecer a todos juntos en las aguas impetuosas. Aquella noche fue dada a conocer de antemano a nuestros padres, para que, sabiendo con seguridad en qué juramentos habían creído, se sintieran reconfortados. Tu pueblo esperaba, a la vez, la salvación de los justos y la perdición de sus enemigos; porque con el castigo que infligiste a nuestros adversarios, tú nos cubriste de gloria, llamándonos a ti. Por eso, los santos hijos de los justos ofrecieron sacrificios en secreto, y establecieron de común acuerdo esta ley divina: que los santos compartirían igualmente los mismos bienes y los mismos peligros; y ya entonces entonaron los cantos de los Padres.
Palabra de Dios.

Comentario


Compartimos nuestra vida y nuestra tarea con los hermanos y hermanas en la fe. Somos solidarios mutuamente en este camino de salvación. Cada cual con sus dones y carismas, juntos peregrinamos en esta tierra.

sábado, 10 de agosto de 2019

Evangelio Jn 12, 24-26


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado por mi Padre”.
Palabra del Señor.

Comentario

Como la escondida y misteriosa transformación de la semilla produce la planta, así el servicio sostenido y generoso produce vida en la comunidad. ¡Cuántos servidores y servidoras sostienen la comunidad con su entrega! Muchas veces sus acciones permanecen en el anonimato, sin aplausos ni distinciones. Allí crece silenciosamente el Reino de Dios.

viernes, 9 de agosto de 2019

Evangelio Mt 16, 24-28


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino.
Palabra del Señor.

Comentario

La vida sólo se gana entregándola en el servicio y el compartir. Quien vive mezquinamente, sólo para sí mismo, ya ha perdido mucho, porque se ha deshumanizado. Jesús nos pide un seguimiento dinámico y generoso, y ese es el secreto para ganar la vida.

jueves, 8 de agosto de 2019

Evangelio Mt 16, 13-23


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”. “Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”. Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”. Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dije­ran a nadie que él era el Mesías. Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro lo llevó aparte y co­menzó a reprenderlo, diciendo: “Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá”. Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: “¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensa­mientos no son los de Dios, sino los de los hombres”.
Palabra del Señor.

Comentario

Las respuestas de la gente relacionan a Jesús con los profetas, pero Pedro dice algo más: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. E inmediatamente queda expuesta la ocasión para saber en qué clase de mesías está pensando Pedro. En su expectativa, no entra un mesías que sea rechazado y tenga que sufrir. El camino con Jesús enseñará a Pedro y a toda la comunidad, que somos seguidores del Mesías sufriente, manso como un cordero.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Evangelio Mt 15, 21-28


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comen­zó a gritar: “¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero él no le res­pondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”. Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: “¡Señor, socó­rreme!”. Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”. Ella respondió: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”. Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”. Y en ese momento su hija quedó sana.
Palabra del Señor.

Comentario

Esta extranjera atrevida nos enseña cómo pedir salud y salvación. Su deseo, la sanación de su hija, la lleva hasta el profeta itinerante que está recorriendo la región. Ella no se echa para atrás, sino que insiste y habla. Y con un ejemplo sencillo de la vida cotidiana, con lo que pasa alrededor y debajo de la mesa, consigue lo que tanto anhelaba.

martes, 6 de agosto de 2019

Evangelio      Lc 9, 28b-36


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, iqué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Él no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: “Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo”. Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.
Palabra del Señor.

Comentario


Cada uno de nosotros tiene, a su modo, una experiencia de transfiguración. Por esta, el Señor nos invita a estar con él y nos deja entrever la vida nueva y deslumbrante que nos espera. Ese gozo de sabernos unidos a él, nos permite “bajar del monte” para vivir nuestra existencia cotidiana renovados y transformados.