Lectura 2Tes 3, 6-12
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos: Les ordenamos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar. En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entrometiéndose en todo. A estos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
Palabra de Dios.
Comentario
Muchos miembros de las primeras comunidades cristianas pensaban que el regreso de Jesucristo era inminente. Y ponían este argumento como excusa para no trabajar, seguramente con expresiones tales como: “Si ya viene el Reino definitivo, ¿para qué ocuparse en las cosas de este mundo?”. La carta condena esta actitud y nos manda a hacer una vigilancia activa. Mientras aguardamos el día del Señor, nos ocupamos de nuestra tarea para el bien de toda la comunidad.
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