Juan 15; 1 – 8
En aquel tiempo, dijo JESÚS a sus Discípulos: “YO soy la
verdadera vid, y mi PADRE el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo
arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que de mas fruto. Ustedes ya están
limpios por las palabras que les he hablado, permanezcan en mi y YO en ustedes.
Como el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, si no pertenece a la vid,
así tampoco ustedes, si no permanecen en mi. YO soy la vid, ustedes los
sarmientos, el que permanece en mi y YO en él, ése da fruto abundante, porque
sin mi no podrán hacer nada. Al que no permanece en mi, lo tiran fuera, como el
sarmiento, se seca; luego lo recogen y lo echan al fuego, y arden. Si permanecen
en mi, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que deseen, y se
realizará. Con esto recibe la Gloria mi PADRE, con que den fruto abundante, así
serán Discípulos míos”.
Palabra del
Señor
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