Marcos 10;
35 – 42
JESÚS y sus
Discípulos iban camino a Jerusalén y se adelantó JESÚS. Los Discípulos estaban
sorprendidos y la gente que los seguía tenía miedo. ÉL se llevó aparte a los
doce otra vez y comenzó a decirles lo que iba a suceder: “Ya ven que nos estamos
dirigiendo a Jerusalén y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los Sumo
sacerdotes y a los escriba; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los
paganos; se van a burlar de ÉL; van a escupirlo, a azotarlo y matarlo; pero al
tercer día resucitara”. Entonces se acercaron a JESÚS Santiago y Juan; los
hijos de Zebedeo, y le dijeron: Maestro queremos que nos concedas lo que vamos
a pedirte; ÉL les dijo: “¿Qué desean?” Ellos respondieron: Concede que nos
sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Cuando estés en tu gloria. JESÚS
les replicó: “No saben lo que piden, ¿podrán pasar la prueba que YO he de pasar
y recibirán el bautismo con que YO seré bautizado?” le respondieron: Si
podremos. Y JESÚS les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que YO voy a pasar,
y recibirán el bautismo con que YO seré bautizado, pero eso de sentarse a mi
derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quien está reservado”.
Cuando los otros apóstoles se enteraron de esto, se molestaron con os germanos,
entonces JESÚS les dijo a los doce: “ya saben que los jefes de las naciones las
gobiernan como sus dueños y los poderosos las oprimen, pero no debe ser así
entre ustedes. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor,
y el que quiera ser el primero, que se haga el esclavo de todos, así como el
Hijo del Hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar la
vida por la redención de todos”.
PALABRA DEL SEÑOR.- GLORIA A TÍ, SEÑOR, JESÚS.
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