Mateo 5
Sal y luz de l tierra
Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida ¿con que se le podrá devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la gente la pise.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos en la casa. Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al PADRE de ustedes que esta en los cielos.
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