lunes, 20 de enero de 2014

El vino nuevo en cuero nuevo (Marcos 2, 18 – 22)

Un día estaban desayunando los Discípulos de Juan el Bautista y los Fariseos. Algunas personas vinieron a preguntar a JESUS: Los Discípulos de Juan y los Fariseos ayunan,  ¿Por qué no lo hacen los tuyos? JESUS les contesto: “¿quieren ustedes que los compañeros del novio ayunen mientras el novio está con ellos? Mientras tengan al novio con ellos, claro que no puedes ayunar. Pero llegara el momento en que se les arrebatara el novio, y entonces ayunarán”
Nadie remienda un vestido viejo con un género nuevo, porque la tela nueva se encoje, tira de la tela vieja, y se hace mas grande la rotura. Y nadie echa vino nuevo en envases de cuero viejo,  porque el vino haría reventar los envases y se echarían a perder el vino y los envases. ¡A vino nuevo envases nuevos!

Comentario

Jesús ha venido a plantear una relación con Dios que supera todo ritualismo. De esta manera, el ayuno tiene sentido no por la privación en sí misma, sino porque nos prepara para un encuentro con el Señor. Una vez producido el encuentro, ya no se necesita ayunar.


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