Juan 5; 31 – 47
Antífona de entrada cf. Sal
104, 3-4
Que la alegría llene el corazón de los que buscan al Señor.
Busquen al Señor y serán fuertes, busquen siempre su rostro.
“Si Yo hago de testigo a mi favor, mi testimonio no
tendrá valor. Pero otro esta danto testimonio de mi.
Ustedes mandaron interrogar a Juan, y él dio
testimonio de la verdad. YO les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se
salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por hombres. Juan era una
antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto
con esa luz. Pero YO tengo un testimonios que vale mas que el de Juan, son las
obras que el PADRE me encomendó realizar.
Estas obras que Yo hago hablan por mi y muestran que
el PADRE me ha enviado. Y el PADRE que me ha enviado también da testimonio de
Mi. Ustedes nunca han oído su vos ni han visto su rostro; y tampoco tienen su
palabra, pues no creen al que El ha enviado.
Ustedes escudriñan las Escrituras pensando en
encontrar en ellas vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de MI. Sin
embargo ustedes no quieren venir a mi para tener vida. Yo no busco la alabanza
de los hombres. Se sin embargo que el amor de DIOS no esta en ustedes, porque
he venido en nombre de mi PADRE, y ustedes no me reciben. Si algún otro viene
en su propio nombre, a ése lo es cogerán. Mientras hacen caso de las alabanzas
que se dan unos a otros y no buscan la gloria que viene del Único DIOS ¿cómo
podrán creer?
No piensen que seré YO el que los acuse con el
PADRE. Es Moisés quien los acusa, aquel mismo en quien ustedes confían. Si
creyeran a Moisés, me creerían también a Mi. Pero si ustedes no creen en lo que
escribió Moisés, ¿cómo van a creer lo que les digo YO?”
Palabra
del Señor.
Comentario
Jesús
parece agotar todos los recursos para que los judíos lo acepten: Juan, las
Escrituras, Moisés y el mismo Dios. Pero no hay caso: cuando no se quiere
creer, no hay argumentos ni testimonios que valgan. La fe, en definitiva, es
gracia, pero también es opción.
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