lunes, 9 de julio de 2018

Evangelio     Lc 1, 39-47


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador”.
Palabra del Señor.

Comentario


María lleva a la casa de Isabel el motivo del gozo: Jesús mismo. Así lo sigue haciendo cada día en que nos acerca a Jesús. Con ella, recibimos en nuestro corazón al Rey y Salvador. Con ella, queremos que entre la salvación en cada casa.

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