lunes, 26 de noviembre de 2018

Evangelio     Lc 21, 1-4


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir”.
Palabra del Señor.

Comentario


Podemos estar rodeados de multitudes, griteríos y empujones. Y quizás eso nos distraiga de ver otras cosas, que puedan ser más importantes. No le pasó eso a Jesús. Entre lo apabullante que serían las ostentosas limosnas de los ricos, cargadas por supuesto de un aparato de promoción para que todos los alaben, admiren y quieran ser como ellos, Jesús vio lo único que valía la pena ver y lo que nadie pudo ver: a una pobre mujer generosa. ¿Y nosotros? ¿No caemos en las distracciones de los poderes en lugar de ver la grandeza y riqueza de los pobres?

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