domingo, 18 de noviembre de 2018

Evangelio     Mc 13, 24-32


+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús dijo a sus discípulos: “En aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre”.
Palabra del Señor.

Comentario


“El Evangelio recoge una preocupación que había en los cristianos, cuando Cristo ya padeció y resucitó y el anuncio de un Reino lo sentían tan cercano, que para muchos constituía una tentación: esperarlo ya próximo. Pero Cristo les había dicho que ni el Hijo sabía la hora ni el momento. Y fue trabajo de los pastores de los primeros años del cristianismo decir que esa cercanía era para mantener en los cristianos, una tensión. Esta es la fe cristiana. Una tensión que se llama esperanza. Esperar al Cristo que ha prometido que volverá. En nuestra misa lo estamos repitiendo: ‘Ven, Señor Jesús’. El pueblo cristiano camina animado por una esperanza hacia un reino de Dios” (San Oscar Romero, 18/11/1979).

No hay comentarios:

Publicar un comentario