Juan 3; 11 –
21
Este es el mensaje
que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. No seamos
como Caín, que procedía del maligno y asesino a su hermano. ¿y porque lo
asesino? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran
buenas. No se sorprendan hermanos que le mundo los odie, nosotros hemos pasado
de la muerte a la vida. Lo sabemos porque amamos a los hermanos, el que no ama
permanece en la muerte, el que odia a su hermano es un homicida. Y un homicida,
no tiene vida eterna. En esto hemos conocido el amor, pero si uno tiene que
vivir, viendo a su hermano en necesidad, ¿Cómo va a estar en el amor de DIOS? Hijos
míos, no amemos de palabra y de boca, amemos con obras, en esto conoceremos que
somos la verdad y tranquilizaremos
nuestra conciencia ante él. En caso de que nos condene nuestra conciencia, pues
DIOS es mayor que nuestra conciencia, y conoce todo. Queridos, si la conciencia
no nos condena, tenemos plena confianza ante DIOS.
Palabra de Dios, Gloria a ti SELOR JESUS.
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