viernes, 8 de enero de 2021


 

Lucas 5; 12 – 16

Estando JESÚS en un poblado, llegó un leproso, y al ver a JESÚS, se postro rostro en tierra, diciendo: SEÑOR, si quieres, puedes curarme. JESÚS extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero, queda limpio”. Y al momento desapareció la lepra. Entonces JESÚS le ordeno que no dijera nada a nadie y añadió: “Ve preséntate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés ordenó, eso les servirá de testimonio”. Y su fama se extendió más y más. Las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero JESÚS se retiraba a lugares solitarios para orar.

PALABRA DEL SEÑOR.- GLORIA A TÍ, SEÑOR, JESÚS.

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