Lucas 6; 46 –
49
JESÚS dijo a
sus Discípulos: “NO hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo
que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen
higos de la zarza, ni se cortan uvas de los espinos.
El hombre
bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo
dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues loa boca habla de lo
que está lleno el corazón.
¿Por qué me
dicen, SEÑOR, SEÑOR, y no hacen lo que YO les digo? Les voy a decir a quien se
parece el que viene a mi y escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece
a un hombre, que al construir su casa, hizo una excavación profunda, para echar
los cimientos sobre roca. Vino la creciente y choco el rio contra aquella casa,
pero no la pudo derribar, porque estaba sólidamente construida.
Pero el que
no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre que construyo su casa
a flor de tierra, sin cimientos. Choco el río contra ella e inmediatamente la
derribo y quedo completamente destruida”.
Palabra de
DIOS, gloria a ti SEÑOR JESÚS.
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