Juan 11; 45 –
56
Al ver que
JESÚS resucitó a Lázaro, fueron a verlo a la casa de Marta y María, muchos
creyeron, otros le fueron a contar a los Fariseos.
Los sumos
sacerdotes y los fariseos se decían entre si: ¿Qué podemos hacer con este
hombre? Con los milagros, señales y prodigios que hacen todos creerán en ÉL y
los Romanos vendrán a destruir nuestra nación.
Pero Caifás,
el sumo sacerdote en esos años les dijo: ustedes no saben nada, no comprenden
que es preferible que un solo hombre muera, a que toda una nación perezca. Pero
el sumo sacerdote profetizo esto, porque JESÚS moriría por todos nosotros. Desde
aquel día tomaron la decisión de matarlo.
Por este
motivo JESÚS ya no andaba en publico, sino que se retiro a la ciudad de Efraín,
región cerca del desierto, y allí se quedo con sus Discípulos.
Muchos acudían
antes a Jerusalén por las pascuas para purificarse, al no ver a JES{US se
preguntaban: ¿Dónde esta?, ¿No va a venir para las fiestas?
Palabra de
DIOS, gloria a ti SEÑOR JESÚS.
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