Sirácides 16
Aunque fuera uno solo el de cabeza dura, sería
maravilla que quedara impune, porque el perdón y el enojo le pertenecen al SEÑOR; poderoso en
perdonar y duro para castigar.
Su justicia es tan grande como su
misericordia y juzga a los hombres por sus actos.
El pecador no se salvará con su botín;
tampoco será defraudada la paciencia del justo.
DIOS dará recompensa a toda obra de
misericordia; cada uno será tratado según sus obras.
NO digas: Me esconderé para escapar del
SEÑOR; allá arriba, ¿Quién se compadecerá de mi? En medio del gentío no me
reconocerán; ¿Qué soy yo en la inmensa creación?
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