domingo, 30 de noviembre de 2014

Marcos 13; 33 – 37

“Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegara el momento. Cuando un hombre va a extranjero y deja su casa, entrega responsabilidades a sus sirvientes, cada cual recibe su tarea, y al portero le exige que este vigilante. Lo mismo ustedes estén vigilantes, porque no saben cuándo regresara el dueño de casa, si al atardecer, a media noche, al canto del gallo o de madrugada no  sea que llegue de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se los digo a todos. Estén despiertos.”
Palabra del Señor.

Comentario

“Aquí con todo respeto nos inclinamos ante el libro nuevo del año con una página que es como el inicio y la síntesis de lo que nos va a decir, a lo largo de todo el año, san Marcos, el Evangelio más breve porque breve es la Palabra única y necesaria: “Miren, vigilen; pues no saben cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. ¡Velen, entonces!”. Esto es lo que les digo a todos, velen. Esta es la palabra de orden del Adviento: ¡Velen! ¡Adviento! Fíjense bien que aquí les voy a explicar el sentido litúrgico de esta hermosa palabra” (Mons. Romero, 3/12/1978).


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