Marcos 13; 33 – 37
“Estén
preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegara el momento. Cuando un
hombre va a extranjero y deja su casa, entrega responsabilidades a sus
sirvientes, cada cual recibe su tarea, y al portero le exige que este
vigilante. Lo mismo ustedes estén vigilantes, porque no saben cuándo regresara
el dueño de casa, si al atardecer, a media noche, al canto del gallo o de
madrugada no sea que llegue de repente y
los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se los digo a todos. Estén
despiertos.”
Palabra
del Señor.
Comentario
“Aquí
con todo respeto nos inclinamos ante el libro nuevo del año con una página que
es como el inicio y la síntesis de lo que nos va a decir, a lo largo de todo el
año, san Marcos, el Evangelio más breve porque breve es la Palabra única y
necesaria: “Miren, vigilen; pues no saben cuándo es el momento. Es igual que un
hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su
tarea, encargando al portero que velara. ¡Velen, entonces!”. Esto es lo que les
digo a todos, velen. Esta es la palabra de orden del Adviento: ¡Velen!
¡Adviento! Fíjense bien que aquí les voy a explicar el sentido litúrgico de
esta hermosa palabra” (Mons. Romero, 3/12/1978).
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