María visita a su prima
Isabel(Lucas 1; 39 – 48)
Por ese
entonces María tomo su decisión y se fue, sin mas demora, a una ciudad ubicada
en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludo a Isabel. Al oír
Isabel el saludo, el niño dio saltos en su vientre, Isabel se lleno del
Espíritu Santo y exclamó en voz alta: ¡Bendita tú eres entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre! ¿cómo he merecido yo que venga a mi la madre de
mi SEÑOR? apenas llego tu saludo a mis oídos, el niño salto de alegría en mis
entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del
SEÑOR! María dijo entonces:
Proclama mi
alma la grandeza del SEÑOR,
Y mi
espíritu se alegra en DIOS mi salvador,
Porque se
fijo en esta humilde esclava,
y desde ahora
todas las generaciones me llamarán feliz.
Palabra
del Señor.
Comentario
“Hermanos,
María es el modelo de una Iglesia que sabe conjugar la evangelización y la
promoción. Una evangelización sin el amor al hombre para promoverlo sería una
evangelización falsa, mutilada; una religión que no se preocupa de promover a
nuestro pueblo, de enseñar a leer a nuestros analfabetos, de incorporar a la
civilización tantas marginaciones de nuestra sociedad, no sería la verdadera
Iglesia redentora. Evangelizar y promover, he ahí la gran tarea, como María,
que no solamente cree y es feliz por su fe sino que al pie de la cruz, junto al
Redentor, es la colaboradora más íntima de la gran promoción de la renovación
cristiana de los hombres” (Mons. Romero, homilía sobre la Virgen de Guadalupe,
12/12/1977).
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