miércoles, 24 de febrero de 2016

Antífona de entrada    cf. Sal 37, 22-23

Señor, no me abandones; Dios mío, no te quedes lejos de mí. Apresúrate a venir en mi ayuda, mi Señor, mi Salvador.

Mateo 20; 17 – 28

Mientras iban subiendo a Jerusalén, JESUS tomó aparte a los doce y les dijo por el camino: “Ya estamos subiendo a Jerusalén; el Hijo del Hombre va a ser entregado a los jefes de los Sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte. Ellos lo entregaran a los extranjeros, que se burlarán de El, lo azotarán y lo crucificarán. Pero resucitara al tercer día.”
Entonces la madre de Santiago y Juan se acerco con sus hijos y se arrodillo frente a JESUS para pedirle un favor. JESUS le dijo: “¿Qué quieres?” Y ella respondió: Aquí tienes a  mis dos hijos asegúrame que,  que cuando estés en tu reino, se sentarán uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
JESUS le dijo a los hermanos: “No saben lo que piden. ¿Pueden ustedes beber la copa que YO tengo que beber?” Ellos respondieron: Podemos. JESUS replico: “Ustedes si beberán mi copa, pero no me corresponde a Mi concederles que se sienten a mi derecha o a mi izquierda. Eso será para quienes el PADRE lo haya dispuesto. ”
Los otros diez se enojaron con  los hermanos al oír esto. JESUS los llamó y les dijo: “Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que de ustedes quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga esclavos de todos.
Hagan como el Hijo del Hombre que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate de muchos.”
Palabra del SEÑOR

Comentario

Jesús conoce la historia de su pueblo. Sabe que los jefes religiosos han rechazado a los profetas enviados por Dios. Por eso, Jesús conoce el peligro al que se expone al dirigirse a Jerusalén, la capital. Allí, otra vez se desarrollará esta constante en la historia: Dios que quiere estar cerca y traer salvación es rechazado por las autoridades religiosas que se han endurecido. Quienes deberían facilitar el encuentro entre Dios y su pueblo son quienes se oponen a esta obra de salvación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario