miércoles, 10 de febrero de 2016

Mateo 6; 1 – 6 / 16 – 18

“Guárdense de las buenas acciones echas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedara premio alguno de que esperar de su PADRE que esta en el Cielo. Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de las trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las Sinagogas y en las calles, para que los hombres lo alaben. Yo se los digo: Ellos han recibido ya su premio.
Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace tu mano derecha; tu limosna quedará en secreto. Y tu PADRE, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las Sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. YO se los digo: Ellos han recibido ya su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu PADRE que esta allí, a solas contigo. Y tu PADRE, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. YO se lo digo: Ellos han recibido  ya su premio. Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. No son los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu PADRE que ve las cosas secretas, y tu PADRE que ve en lo secreto, te premiará.”
Palabra del Señor.

Comentario

Limosna, oración y ayuno son las tres grandes prácticas del judaísmo para expresar la piedad y la solidaridad. Pero no pueden usarse para resaltar méritos personales, sino como una ofrenda que solo Dios deba ver y recibir.


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