domingo, 11 de septiembre de 2016

Lucas 15; 1 – 10

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a JESUS para escucharlo. Pero los Fariseos y Escribas murmuraban, diciendo: este hombre recibe a los pecadores y come con ellos. JESUS les dijo entonces estas palabras: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso a las noventa y nueve en el campo y va a buscar a la que se había perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros,  lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus vecinos y amigos, y les dice: Alégrense conmigo porque encontré a la oveja que se me había perdido. Les aseguro que, de la misma manera, habrá mas alegría en el cielo por un pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.” Y les dijo también: “Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y  vecinas, y les dice: Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido, les aseguro  que, de la misma manera, se alegran los ángeles de DIOS por un solo pecador que se convierte.”
Palabra del Señor.

Comentario

Las tres parábolas tienen el mismo esquema: plantear que lo perdido por fin ha sido encontrado. En los tres casos “lo perdido” es el pecador, o el que no pertenece al pueblo de Dios, que ha sido “encontrado” y es motivo de alegría tanto del pastor, como de la mujer, y del padre, simbolizando así la alegría de Dios por este encuentro.


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