Pero si no vienen a mi llamado, si tiendo la mano y nadie me
presta atención, si no quieren escuchar mis consejos y no hacen caso a mis
advertencias, yo también me reiré de sus desgracias y me burlaré de ustedes en
el día de la catástrofe, cuando les llegue el huracán del terror y se los lleve
el torbellino de las desdichas, cundo los alcancen angustias y opresión.
Entonces me llamarán, pero no les responderé, y por mas que
me busquen, no me dejaré encontrar. Porque odiaron la verdad y no eligieron el
temor a YEBE, porque despreciaron mis advertencias y no escucharon mis
consejos.
Entonces cosecharán el fruto de sus errores y sentirán
hastío de sus caprichos.
A los tontos los perderá su porfía, y a los irresponsables,
su propia dejación.
Todo lo contrario el que me escucha vivirá en paz y se
sentirá seguro, sin temer la desgracia.
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