Sabiduría 2
Los impíos dicen: No hay otra
vida
Porque se ponen a pensar
equivocadamente: Corta y triste es nuestra vida, el hombre no tiene remedio
para salvarse de la muerte y nunca se vio que alguien volviera del otro mundo.
Por casualidad hemos
nacido, y, una vez muertos, será como si nunca hubiésemos existido. La
respiración de nuestra nariz es como humo, y el pensamiento una chispa que nace
del latido de nuestro corazón. Después que se apaga el cuerpo se vuelve polvo y
el espíritu de desvanece como un soplo.
Oprimamos a esa pobre
gente, ¿para que sirve su religión? Con la viuda no tengamos miramientos, ni
perdonemos la vejez del anciano. Persigamos al justo que molesta, y que se
opone a nuestra forma de actuar, pues nos echa en cara nuestras faltas contra
la ley. Se enorgullece de conocer a DIOS y se llama a si mismo hijo del SEÑOR,
es un reproche a nuestra forma de pensar, y hasta su sola presencia nos cae
pesada. Lleva una vida distinta, y es rara su conducta.
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