miércoles, 13 de junio de 2012


Sabiduría 2
Los impíos dicen: No hay otra vida
Porque se ponen a pensar equivocadamente: Corta y triste es nuestra vida, el hombre no tiene remedio para salvarse de la muerte y nunca se vio que alguien volviera del otro mundo.
Por casualidad hemos nacido, y, una vez muertos, será como si nunca hubiésemos existido. La respiración de nuestra nariz es como humo, y el pensamiento una chispa que nace del latido de nuestro corazón. Después que se apaga el cuerpo se vuelve polvo y el espíritu de desvanece como un soplo.
Oprimamos a esa pobre gente, ¿para que sirve su religión? Con la viuda no tengamos miramientos, ni perdonemos la vejez del anciano. Persigamos al justo que molesta, y que se opone a nuestra forma de actuar, pues nos echa en cara nuestras faltas contra la ley. Se enorgullece de conocer a DIOS y se llama a si mismo hijo del SEÑOR, es un reproche a nuestra forma de pensar, y hasta su sola presencia nos cae pesada. Lleva una vida distinta, y es rara su conducta.

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