Proverbios 12
Los malvados son derribados y desaparecen; la casa de los
justos no se desmorona.
Se alaba a un hombre según su prudencia; el de corazón
perverso caerá en el desprecio.
Mas vale ser un hombre corriente y tener un servidor, que
hacer el grande y carecer de pan.
El justo se preocupa por la vida de sus animales; en cambio,
las entrañas de los malvados son crueles.
El que cultiva su tierra se hartará de pan; el que persigue ilusiones
es un insensato.
Los deseos del malo le acarrean males; pero la raíz del
justo produce.
Por los pecados de sus labios se enreda el malvado; por el
contrario, el justo se libra de la tribulación.
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