Proverbios 16
Son una abominación los reyes que hacen el mal, porque el
poder se mantiene por la justicia.
Los labios justos consiguen el favor del rey, le agrada el
que habla con rectitud.
El enojo del rey es mensajero de muerte, pero el hombre
sabio lo calma.
En el rostro tranquilo del rey esta la vida, su benevolencia
es como lluvia primaveral.
Mas vale adquirir la sabiduría que el oro, la inteligencia
que la planta.
Apartarse del mal; ésta es la senda de los hombres rectos,
el que cuida sus pasos guarda su vida.
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