El árbol se conoce por sus
frutos Mateo 7; 15 – 20
Cuídense de
los falsos profetas; se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por
dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos, ¿Cosecharán
ustedes uvas de los espinos, o higos de los cardones?
Lo mismo
pasa con un árbol sano; da buenos frutos, mientras que el árbol malo produce frutos
malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo
puede producir frutos buenos. Todo árbol que no da buenos frutos, se corta y se
echa al fuego. Por lo tanto, ustedes los
reconocerán por sus obras.
Comentario
¿Con
qué criterio hacer un discernimiento sobre los maestros, pastores y
predicadores que anuncian la Palabra de Dios? El criterio para discernir no lo
dan las palabras, sino las obras. Es en los hechos concretos donde se expresa
el testimonio de la fe auténtica.
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