miércoles, 3 de junio de 2015

Marcos 12; 18 – 27

Entonces se presentaron algunos Saduceos. Esta gente defiende que no hay resurrección de los muertos, y por eso le preguntaron: Maestro, según la ley de Moisés, si un hombre muere antes que su esposa sin tener hijos, su hermano debe casarse con la viuda para darle un hijo, que será el heredero del difunto. Pues bien, había siete hermanos, El mayor se caso sin tener hijos. El segundo se caso con la viuda y murió también sin dejar herederos, y así el tercero. Y paso lo mismo con los siete hermanos. Después de ellos murió también la mujer. En el día de la resurrección, si han de resucitar, ¿con cual de ellos se quedara la esposa? Pues los siete la tuvieron como esposa.
JESUS les contesto: “Ustedes están equivocados; a lo mejor no entiendes las escrituras ni tampoco el poder de DIOS. Pues cuando resuciten de la muerte, ya no se casaran hombres con mujeres, sino que serán en el cielo como los ángeles.
Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capitulo de la zarza, cómo DIOS le dijo: Yo soy el DIOS de Abraham, el DIOS de Isaac, y el DIOS de Jacob? DIOS no es un DIOS de muertos, sino de vivos. Ustedes están muy equivocados.”
Palabra del Señor.

Comentario

En tiempos de Jesús, había diversas maneras de vivir y practicar el judaísmo. Uno de los grupos de la época, los saduceos, no creían en la resurrección, como tampoco en varios libros de la Biblia. En esto se diferenciaban de otras agrupaciones, como los fariseos, por ejemplo. Por eso, muchas veces se abrían discusiones teológicas entre las diversas opiniones. Entonces, no resulta extraño este tipo de diálogo entre los saduceos y Jesús.


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