Mateo 10; 1 - 13
“A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los
Cielos esta ahora cerca!” Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien impuros y
echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar.
No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. Nada
de provisiones para el viaje, o vestidos de repuestos; no lleven bastón ni
sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.
En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna
persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan.
Al entrar en la casa, deséenle la paz. Si esta
familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá
a ustedes.
Palabra
del Señor.
Comentario
El
misionero debe tener en cuenta, en primer lugar, a los pobres. Ese es el signo
de que verdaderamente el Reino de Dios llega a los destinatarios de la misión.
Luego le sigue la predicación y el don de la paz. Pero sin el compromiso con
los pobres, todo el resto puede confundirse con ideología, dogmatismo o,
incluso, privilegios.
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