Sal y luz (Mateo 5; 13 – 16)
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se
vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo
que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
Ustedes son la luz del mundo, ¿cómo se puede esconder
una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con
un cajón, la ponen mas bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están
en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres, que ven estas
buenas obras, y por ello den Gloria al PADRE de ustedes que esta en los
Cielos.”
Palabra
del Señor.
Comentario
“Estamos
acostumbrados a proclamar que Jesús de Nazaret y su Evangelio es la luz del
mundo pero nos resulta sorprendente cuando se afirma que todos nosotros somos
tanto luz como sal. La identidad y hoja de ruta que establecen las
bienaventuranzas son la identidad integral de las comunidades cristianas y de
cada uno de quienes llevan la marca del Cordero en sus frentes y en sus vidas.
Luz como paradigma escandaloso de compromiso con quienes la sociedad y muchas
veces las mismas comunidades de fe consideran impuros, indignos y
descalificados. Luz que ilumina todos los pesebres marginales y olvidados del
mundo contemporáneo y guía a quienes la contemplan, no por los caminos que
conducen a templos y palacios, sino por aquellos senderos por los cuales muy
pocos quieren transitar: las márgenes de las vulnerabilidades” (Pastor Lisandro
Orlov,http://www.pastoralsida.com.ar/paginas_internas/desafios_de_la_palabra/a_5ord(2011).html).
No hay comentarios:
Publicar un comentario