Juan 1; 1 – 5 / 9 – 14
En el principio era el Verbo (la Palabra) y el verbo
estaba ante DIOS, y el verbo era DIOS. El estaba ante DIOS en el principio. Por
El se hizo todo, y nada llego a ser sin El. Lo que fue echo tenía vida en El, y
para los hombres la vida era luz. Y la luz brilla en las tinieblas, y las
tinieblas no la impiden.
El era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo
hombre, y llegaba al mundo. Ya estaba en el mundo, este mundo que se hizo por
El, el mundo que no lo recibió. Vino a su propia casa, y los suyos no lo
recibieron; pero a todos los que lo recibieron, les dio capacidad de ser hijos
de DIOS.
Al creer en su nombre, han nacido, no de sangre
alguna, ni por la ley de la carne, ni por la voluntad de hombre, sino que han
nacido en DIOS. Y el verbo se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y
hemos visto su gloria, la Gloria que recibe del PADRE el Hijo Único, en El todo
era don amoroso y verdad.
Palabra
del Señor.
Comentario
En este
himno todo es movimiento y dinamismo. Aparecer, llegar, venir y habitar son los
verbos que usa el Evangelista para describir la obra de nuestro Dios, que no se
queda allá, "en las nubes", sino que realiza su gran deseo de habitar
en medio de la humanidad. Sólo hace falta que lo recibamos con la casa y el
corazón abiertos.
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