La cena del
SEÑOR (Corintios 11)
Fíjense bien: cada vez que comen de este
pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del SEÑOR hasta que venga.
Por tanto, el que come del pan o el que bebe de la copa del SEÑOR indignamente
peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR. Cada uno, pues, examine su
conciencia y luego podrá comer el pan y beber la copa.
El que come y bebe indignamente, come y
bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo. Y por esta razón varios
de ustedes están enfermos y débiles y algunos han muerto. Si nos examináramos a
nosotros mismos, no seríamos juzgados. Pero si el SEÑOR nos juzga, nos corrige,
para que no seamos condenados con este mundo.
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