Lucas 2; 16 – 21
Fueron apresuradamente y encontraron a María y a José
con el recién nacido en el pesebre. Entonces contaron lo que el ángel les había
dicho del niño.
Todos los que escucharon a los pastores quedaron
maravillados de lo que decían. María por su parte, guardaba estos
acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.
Después los pastores regresaron alabando y
glorificando a DIOS por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles
se lo habían anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño, y le
pusieron el nombre de JESUS, nombre que había indicado en ángel antes de que su
madre quedara embarazada.
Palabra
del Señor.
Comentario
La
Palabra de Dios no es mero sonido; la Palabra de Dios es un acontecimiento.
Guardar la Palabra en el corazón es al mismo tiempo adquirir discernimiento
sobre los hechos de la vida. María, que recibió la Palabra y la dejó fecundar
en ella, nos presenta esta actitud constante de escuchar la Palabra y discernir
los acontecimientos en los cuales Dios va realizando su obra.
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