jueves, 21 de enero de 2016

Marcos 3; 7 – 12

JESUS se retiro con sus Discípulos a orillas del lago y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de las tierras de Tiró y Sidón, muchísima gente venía a verlo con solo oír todo lo que hacía.
JESUS mando a sus Discípulos que tuvieran lista la barca, para que toda aquella gente no lo atropellase. Pues al verlo sanar a tantos, todas  las personas que sufrían algún mal se le querían echar encima para tocarlo. Incluso los espíritus impuros, apenas lo veían, se arrojaban a sus pies y gritaban: Tú eres el Hijo de DIOS, pero El no quería que lo dieran a conocer, y los hacía callar.
Palabra del Señor.

Comentario


La gente acorrala a Jesús, lo va empujando hacia la orilla y necesita una embarcación para no caer al agua. Esta imagen nos hace contemplar la fuerza de atracción del Señor, que generaba una respuesta entusiasta de parte de la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario