sábado, 9 de abril de 2016

Antífona de entrada          Jdt 15, 9

Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú el insigne honor de nuestra raza. Aleluya.

Juan6; 16 – 21

Al llegar la noche, sus Discípulos bajaron a la orilla y, subiendo a una barca, cruzaron el lago rumbo a Cafarnaúm. Habían visto caer la noche sin que JESUS se hubiera reunido con ellos, y empezaban a formarse olas debido al fuerte viento que soplaba.
Habían remado unos cinco kilómetros cuando vieron a JESUS que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y se llenaron de espanto. Pero El les dijo: “Soy YO, no tengan miedo”
Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró en seguida en la orilla a donde se dirigían.
Palabra del Señor.

Comentario

La expresión “soy yo” evoca el nombre de Dios: “Yavé - Yo soy”. La fuerza divina se impone sobre todas las fuerzas del mal, representadas aquí en el mar agitado y el viento fuerte. En cada momento de borrasca, Jesús vuelve a decirnos: “Soy yo, no teman”. No nos dice que no habrá tormentas, pero nos asegura que no nos faltará su asistencia.

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