La puerta angosta (Lucas
12; 22 -30)
JESUS iba
enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. Alguien le
pregunto: ¿es verdad que son pocos los que se salvaran?
JESUS
respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque Yo les digo
que muchos tratarán de entrar y no lo lograran, si a ustedes les ha tocado
estar afuera cuando el dueño de casa se levante y cierre la puerta, entonces se
pondrán a golpear a gritar: ¡SEÑOR, ábrenos! Pero les contestara: no se de
donde son ustedes. Entonces comenzarán a decir: Nosotros hemos comido y bebido
contigo, y Tu has enseñado en nuestras
plazas. Pero El les dirá de nuevo: No se de donde son ustedes. ¡Aléjense de Mi
todos los malhechores!”
Habrá llanto
y rechinar de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac y a Jacob y a todos los
profetas del Reino de DIOS, y ustedes, en cambio, sean echados fuera. Gente del
oriente y del poniente, del norte y del
sur, vendrán a sentarse en la mesa del Reino de DIOS. ¡Que sorpresa!
Unos que están entre los últimos son ahora primeros, y mientras que los
primeros han pasado a ser los últimos.
Palabra
del Señor.
Comentario
El
Reino de Dios es una gran mesa dispuesta para las gentes venidas de todas
partes. En el Reino de Dios no hay lugar para quienes hagan el mal. Por tanto,
comencemos a vivir el Reino hoy mismo, haciendo lugar en nuestras mesas –la de
la comunidad, la de la Palabra, la de la Eucaristía– para que todos aquellos
que buscan la justicia y obran el bien puedan participar de ellas.
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