Sirácides 4
No te quedes callado cuando tus palabras hacen falta.
La sabiduría se reconoce en el discurso, y la instrucción en
el modo de hablar.
No busques argumentos contra la verdad; avergüénzate mas
bien de tu ignorancia.
No te avergüences de confesar tus pecados; no luches contra
la corriente del río.
No te rebajes ante un hombre insensato, ni te dejes
influenciar por el poderoso.
Lucha hasta la muerte por la verdad, y el SEÑOR luchara por
ti.
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