Siracides 10
El principio de la soberbia es el pecado. Los que se
empecinan en el pecado derraman las blasfemias. Por eso el SEÑOR les envió
extraños castigos y los redujo a nada.
El SEÑOR arranco de raíz el trono de los poderosos y sentó
en su lugar a los mansos.
Las raíces de los paganos las arranco el SEÑOR, y en su
lugar planto a los humildes.
El SEÑOR asolo las tierras de los paganos y las destruyo
totalmente.
A muchas las desbasto, las desoló y borro de la tierra sus
recuerdos.
El orgullo no fue creado para el hombre, ni el furor de la
ira para los nacidos de la mujer.
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