Siracides 12
No lo pongas junto a ti, podría echarte y desplazarte. No lo
hagas sentarse a tu derecha, trataría de ocupar tu puesto, y por fin entenderás
mi palabras y te arrepentirás al recodarlas.
¿Quién se compadecerá del encantador mordido por una
serpiente y de todos estos que se acercan
a las fieras? Esto vale para el que es amigo
del pecador y participa de sus pecados. Lo ves tranquilo durante una
hora, pero apenas tropiezas el no se aguanta.
El enemigo tiene dulzura en los labios, pero en su corazón piensa
como echarte al sepulcro. El enemigo tiene lagrimas en los ojos, pero si haya
la ocasión no se hartara de tu sangre.
Si la muerte te es contraria, lo encontraras frente a ti y
bajo pretexto de ayudarte, te hará una zancadilla. Moverá la cabeza y aplaudirá,
hablara sin parar y cambiara la cara.
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