miércoles, 2 de enero de 2013


Siracides 7

Ama a tu creador con todas tus fuerzas y no abandones a sus ministros.
Teme al SEÑOR y honra al sacerdote.
Dale la parte que te ha sido mandada; las primeras cosechas, el sacrificio por el pecado, los lomos de las victimas, las ofrendas santas y las primicias de la cosas sagradas.
Alarga tu mano al pobre y recibirás todas las bendiciones.
Que todos reciban los favores de tu generosidad, incluso los muertos.
No faltes a los que lloran y aflígete con los afligidos.
No olvides de visitar al enfermo. Estos son los gestos que te merecen cariño.
Cualquier cosa que hagas, acuérdate de tu fin y nunca pecaras.

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