Siracides 7
Ama a tu creador con todas tus
fuerzas y no abandones a sus ministros.
Teme al SEÑOR y honra al
sacerdote.
Dale la parte que te ha sido
mandada; las primeras cosechas, el sacrificio por el pecado, los lomos de las
victimas, las ofrendas santas y las primicias de la cosas sagradas.
Alarga tu mano al pobre y recibirás
todas las bendiciones.
Que todos reciban los favores de
tu generosidad, incluso los muertos.
No faltes a los que lloran y aflígete
con los afligidos.
No olvides de visitar al enfermo.
Estos son los gestos que te merecen cariño.
Cualquier cosa que hagas, acuérdate
de tu fin y nunca pecaras.
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