¡Bendito sea
DIOS, del que viene todo consuelo!
Pues en la misma medida en que los
sufrimientos de CRISTO caen abundantemente sobre nosotros, el consuelo de
CRISTO también nos llega con mayor abundancia. Estas pruebas nuestras son para
consuelo y salvación de ustedes, y de igual modo nuestro consuelo será consuelo
para ustedes cuando tengan que soportar los mismos sufrimientos que ahora
padecemos nosotros. Si ustedes comparten nuestros sufrimientos, también compartirán
nuestro consuelo; se lo decimos y lo esperamos con mucha firmeza.
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