No he
trabajado para mi solo (Siracida 24)
Yo, por mi parte, no era mas que un
canalito de río, un arroyo que se pierde en un jardín. Pero pensé: Voy a regar
mi jardín, voy a rociar mis flores, ¡y he aquí que con mi arroyo se convirtió en
un río, y mi río, en un mar!
¡Brille mi doctrina como la aurora y
extienda su luz a lo lejos!
Propague mis lecciones como palabras proféticas:
porque quiero dejarla para futuras generaciones. Vean: no he trabajado solo
para mi, sino para todos los que buscan la sabiduría.
Hay tres cosas que hallo hermosas, y que
son hermosas tanto para DIOS como para los hombres: la unión entre hermanos, la
amistad entre prójimos y la perfecta armonía entre marido y mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario