¡Bendito sea
DIOS, del que viene todo consuelo!
Bendito sea DIOS, Padre de CRISTO JESUS,
nuestro SEÑOR. Padre lleno de ternura, DIOS del que viene todo consuelo.
El nos conforta en toda prueba, para que
también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier
dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de DIOS.
Pues en la misma medida en que los
sufrimiento de CRISTO recaen abundantemente sobre nosotros, el consuelo de
CRISTO también nos llega con mayor
abundancia. Estas pruebas son para consuelo y salvación de ustedes, y de igual
modo nuestro consuelo será consuelo para ustedes cuando tengan que soportar los
mismos sufrimientos que ahora padecemos nosotros. Si ustedes comparten nuestro
sufrimiento, también compartirán nuestro consuelo; se lo decimos y lo esperamos
con mucha firmeza.
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